BLANCA ARELLANO RAMOS
Directora del Postgrado Smart Cities: Urbanismo, Tecnología y Sostenibilidad,
Universitat Politècnica de Catalunya
Ciertamente podemos encontrar incontables definiciones sobre las Smart Cities, desde las
TIC que juegan un papel clave y por tanto se centran en el uso de las tecnologías, sensores
y monitoreo de todo lo que sucede en ellas (como Washburn & Sindhu, 2009 o MIT, 2013)
hasta las más amplias que implican la inversión en capital humano y social y por tanto en la
calidad de vida su habitantes como objetivo principal (Caragliu, Del Bo & Nijkamp, 2009). Para la elaboración de estas propuestas de Barrio Inteligente partimos de una definición holística, donde la ciudad inteligente es una ciudad con un buen desempeño y visión de futuro en estas seis características: economía, gobernanza, medio ambiente, movilidad, sociedad y bienestar inteligentes (Giffinger et al., 2007). Por tanto, partimos de una smart city que va más allá del simple uso de las tecnologías, que se define por ser la evolución de la ciudad sostenible hacia una ciudad inteligente, sostenible, inclusiva y resiliente frente al cambio climático. Una ciudad construida con la ayuda de las tecnologías que mejore su servicios y la gestión de la misma pero siempre en beneficio de sus ciudadanos. Al decidir participar y sumar sinergias con el proyecto Covadonga Urban Living Lab, los trabajos finales del postrado de Smart Cities han propuesto soluciones inteligentes para el barrio de Covadonga con una mirada integral, sostenible y de innovación respeto a los retos que se habian identificado.
Co-opera Covadonga
La propuesta se centra en el eje de la sostenibilidad, y especialmente aborda el reto de la transición ecológica y energética planteado por el Covadonga Urban Living Lab. Tenia como objetivo principal la búsqueda de mejoras en la eficiencia energética y la gestión de residuos a través de propuestas como la creación de una Cooperativa de producción energía, Huertos sociales ecológicos y un Eco Fab Lab que de soporte a estas iniciativas.
Covadonga: Espacio e identidad
La segunda propuesta, aborda el reto de la equidad social y justicia espacial, transformando al barrio de Covadonga en un barrio abierto e integrado al resto de la ciudad e inclusivo que promueva la participación ciudadana. El objetivo del proyecto es reactivar el barrio, actualmente segregado, y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, a través de reforzar la identidad del barrio mejorando la calidad del espacio público, del medio ambiente y del entorno construido.
Covadonga Jove
Partiendo de la historia textil del barrio, el objetivo y concepto general del proyecto es “tejer el barrio” en distintos recorridos a través de la recuperación del patrimonio histórico, mejora de la calidad del espacio público e incorporación de arte urbano en las fachadas ciegas del entorno construido. Convirtiendo el barrio en un espacio habitable para los residentes y atractivo para las personas del exterior y promocionando muy especialmente el lugar como un centro de interés para los jóvenes. Hacer de Covadonga un barrio que favorezca la creación de espacios para la investigación, innovación y start-up’s, permitiendo crear una oferta integradora global y vinculada al estudiar y el vivir en el barrio. Por tanto, aborda principalmente el reto de innovación, conocimiento y cultura.
Smart Covadonga.
Por último, el cuarto proyecto presenta una propuesta sistémica para convertir al barrio de
Covadonga en un verdadero barrio inteligente, sostenible y conectado. Marcando como objetivos principales la mejora y reverdecimiento de los espacios y conectores verdes incluyendo el balcón hacia el río Ripoll, el diseño de calles más inclusivas y seguras para todo tipo de peatones (niños, mujeres, personas mayores) así como para ciclistas.
Resumiendo podemos concluir que las cuatro propuestas, en formular propuestas y soluciones para los retos de Covadonga, tambien han formulado y creado visiones de futuro para el barrio y la ciudad de Sabadell. Las cuatro propuesta han tenido en común la puesta en valor de la recuperación del espacio público para los ciudadanos, la participación ciudadana en la toma de decisiones de la reactivación económica y social del barrio de Covadonga, y muy especialmente un mayor énfasis en la necesidad de crear espacios verdes de calidad, resilientes e inclusivos, además de una movilidad sostenible en el interior del barrio pero también conectando con el centro de la ciudad y el resto de Sabadell.
Debemos pensar en la ciudad inteligente como la ciudad de escala humana, como propone
Jan Ghel. Perder el miedo a quitarle espacio al coche para devolverlo a las personas. La crisis sanitaria mundial que nos ha tocado vivir por el COVID-19, y durante la que se desarrollaron estos proyectos, no es sino una oportunidad para ver que es posible otro modelo de ciudad, menos contaminante, más sostenible, de escala humana y no del coche, más inclusiva y también más digital. Una ciudad donde no sea necesario desplazarnos todos a la misma hora, a los mismos sitios ni los mismos días, aprovechando el uso de las tecnologías.
El siglo XXI, sus avances y desarrollo nos deben permitir priorizar el modelo de ciudad que
sea capaz de conseguir frenar el calentamiento global, disminuir los impactos en la salud de
las personas y el daño ocasionado al medio ambiente que ha producido el actual modelo
económico y de hacer ciudad. Esta priorización permitirá que barrios degradados como Covadonga, vuelvan a ser parte vibrante de la ciudad.
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